Perdamos parte del respeto que tenemos por los libros. Me refiero, concretamente, a ese señor sepia que te mira con desaprobación a través de su monóculo cada vez que estás tentado de dejar un libro a media. O cada vez que pasas por delante de la obra maestra que lleva doce años acumulando polvo en la estantería. O cuando osas leer en diagonal.
En 2010 Google dijo que existían 129 millones de libros distintos. Así, a ojo, ¿cuántos libros dirías que te quedan por leer en la vida? Si lees 1 libro al mes, leerás 120 libros en diez años. Es decir, uno de cada millón de libros que existen (o que existían en 2010). Observación 1: La oferta de libros a la que puedes optar en cada momento es, en la práctica, infinita.
Los peores libros que leas en esta década te harán pasar un buen rato y los olvidarás saludablemente. Pero, ¿los mejores? Los mejores pueden cambiar la manera en la que percibes y te relacionas con el mundo. Observación 2: Hay una gran diferencia en el impacto que tienen los libros.
Y no sólo la calidad importa. Tan o más importante es la época en la que lo lees. Guerra y paz puede resultar un tostón si lo lees en unas vacaciones en la playa que maridarían mejor con un thriller del montón, mientras que La magia del orden de Marie Kondo puede ser el libro que te saque de una depresión. Observación 3: El impacto de un libro no sólo depende de su valor intrínseco; depende también de cómo lo recibas.
Con los libros electrónicos el coste por libro ha caído. Y tenemos bibliotecas, catálogos que ofrecen muestras y, en fin, todo el santo Internet a nuestra disposición. Observación 4: Conseguir nuevos libros es trivial y prácticamente gratuito.
En la actualidad, la mayoría de los libros de no-ficción tienen una introducción diseñada para atrapar a todos los lectores que puedan estar interesados. Observación 5: El primer capítulo suele ser suficiente para decidir si un libro es para ti o no.
Por eso propongo que perdamos parte del respeto que tenemos por los libros. Nuestras ideas sobre el consumo de libros, que tenían mucho sentido cuando el señor con monóculo no era sepia y lo único que había en casa era una enciclopedia, nos limitan ahora. Adoptemos sin remordimientos una nueva manera de actuar en este mercado de abundancia literaria. Dejemos a medias libros que nos aburren. Empecemos muchos más libros de los que acabamos. Tengamos varios libros abiertos simultáneamente y variemos lo que leemos según el momento del día.
Si cada libro es una inversión de tiempo, forzarnos a terminar uno aburrido tiene un coste de oportunidad altísimo. Librémonos del señor del monóculo.
libby audiolibros libros sin copyright (viejos). Gutenberg.
Estas son las cosas terribles que suceden cada vez te fuerzas a terminar un libro que ya has decidido que no te aporta nada:
Dos cosas han cambiado mucho en los últimos lustros: la manera de escribir libros y nuestra capacidad para acceder a ellos.
Tenemos que perder algo del respeto que tenemos por los libros. Tranquilo, te doy permiso a que dejes el libro por la mitad, a que saltes de sección a sección, a que leas en diagonal, a que mezcles distintos libros. De todas formas, yo soy real y el tipo del monóculo, no.
Muchos de los libros actuales se pueden reducir a 5 páginas. Stravinski: "Too many pieces of music finish too long after the end."
Hay que empezar a tratar los libros como blogposts extendidos. Reducir la presión por dejar libros a medias. Si no te interesa, no pasa nada! Hay categorías de libros que no hay porqué leer de principio a fin. Antes de decidir si quieres dejar un libro del todo, lee partes de otros capítulos a ver si te interesa o no.
Hay 2 cosas que hacen que un libro sea importante en tu vida.
COmo lectores, tenemos que reemplazar la fuerza negativa del señor del monóculo con entusiasmo. Lo que tenemos que buscar al leer un libro es entusiasmo.
Audiolibros.
Leer un libro no tiene un valor intrínseco. No es más valioso que ver una película o jugar a un videojuego.
Empezar a leer un libro se siente como una inversión de tiempo. Como la inversión salga mal, has comprado algo que te va a aburrir durante varias horas de la vida. Es mejor dejar ese libro! Esta inversión es un precio demasiado alto para alguna gente que, al final, deja de leer.
Excepciones en las que deberías tener en cuenta la opinión del señor del monóculo (lista de sensaciones incómodas que no deben hacer que dejes un libro)
Sí, los libros son maravillosos. Leer un libro es como sentarte a hablar al fuego de la chimenea con alguien que se ha pasado años perfeccionando esa conversación. Es como ver un documental o una película en ultra mega HD. Un libro, tan sólo una secuencia de palabras ordenadas de un modo concreto, en el momento preciso, puede cambiarte la vida.